martes, 18 de marzo de 2014


QUÉ ES LA SOCIOLOGÍA
Los sistemas de conocimiento que tienen por objeto conocer algún aspecto de la sociedad se denominan ciencias sociales. Dicho de otro modo, el concepto de ciencias sociales comprende a aquellas disciplinas que trabajan a partir de métodos y sistemas científicos teniendo como objeto de estudio la vinculación de los seres humanos entre sí, en particular a la hora de conformar sociedades.
En algunos casos se las define en oposición a otro grupo de ciencias, las exactas y naturales, que se ocupan de describir y analizar lo que sucede en el mundo que nos rodea prescindiendo de la figura del ser humano. De este modo, se puede desprender una diferencia fundamental: mientras que en las ciencias naturales el objeto de estudio es distinto del sujeto que estudia, en las ciencias sociales objeto y sujeto coinciden.
Las ciencias sociales estudian aspectos del hombre que no se pueden analizar independientemente, por lo que las diferentes disciplinas que engloban se interrelacionan. El trabajo interdisciplinario resulta fundamental para comprender de forma integral cómo ha funcionado y funciona el mundo, y solo de ese modo se podrá generar un verdadero diagnóstico que potencie el desarrollo socioeconómico colectivo e individual. Es por esa causa que todas las organizaciones mundiales de desarrollo (como UNICEF o la UNESCO) deben articular nociones de cada una de esas ciencias.
Una cuestión que suele ser controversial con respecto a las ciencias sociales es el método con el que se trabaja: al tener un objeto tan dinámico como los seres humanos, suele ser discutido el modelo general de planteo de hipótesis, comprobación y teorización. Sin embargo, esta vaguedad es contrastada mediante la aplicación de métodos específicos: las encuestas, los cuestionarios en escalas grandes, la documentación, la observación y hasta la experimentación (trabajando sobre casos particulares) resultan medios válidos para legitimar las teorías.
Podemos diferenciar distintas clases de ciencias sociales:
  • Las relacionadas con la interacción entre personas, que indagan acerca de las formas en que se fueron relacionando las personas a lo largo del tiempo, y en donde se destacan integralmente la antropología y la sociología, pero también contemplan la forma en que se organizó la producción y el consumo de bienes (economía) o las formas en las que se fue llevando la organización institucional (derecho).
  • Las referentes a la evolución de las sociedades, que pretende hacer un análisis retrospectivo indispensable para entender la actualidad de cualquier grupo. Aparece en primer medida la historia, pero también la arqueología.
  • Las correspondientes al sistema cognitivo y las formas de expresarse que han tenido las personas. Complementariamente se puede mencionar la lingüística, que es el estudio de las estructuras del lenguaje y la comunicación, y por otra parte la psicología, que ahonda en los procesos psíquicos internos del individuo y su manifestación externa.
  • Las de aplicación, que comprenden ciencias un poco menos analíticas, pero que responden a una necesidad en algunos ámbitos de la sociedad. La contabilidad, la pedagogía o el urbanismo aparecen en este grupo.


El término sociología proviene del latín socĭus y logia que significan individuo o socio, y estudio, respectivamente, por lo que, a grandes rasgos, se la podría definir como el estudio del individuo o socio.
La sociología es entonces aquella ciencia social consolidada en el siglo XIX  que sea aboca al estudio de análisis y descripción de la vida en sociedad y el accionar e interacción entre sus individuos. Para abordar estas temáticas, la historia es un elemento de la que los sociólogos hacen uso de forma constante. El concepto de sociología fue formulado por autores como Karl Marx, Auguste Compte, Henri de Saint-Simon, Herbert Spencer, Max Weber, Émile Durkheim y Vilfredo Pareto entre tantos autores.
Los sociólogos utilizan dos tipos de métodos para llevar a cabo sus investigaciones: cuantitativos y cualitativos. Los métodos cuantitativos son aquellos que hace uso de aquellas variables que se representan numéricamente y que son los que permiten abordar los datos estadísticos y establecer relaciones entre los mismos. Los métodos cualitativos, en cambio, son los vinculados con explicaciones y descripciones de sujetos, situaciones y acciones. Además, pueden incluirse los testimonios de los propios protagonistas de los hechos a investigar.
Varias han sido las teorías desarrolladas dentro de esta ciencia, de las cuales muchas han sido de importante relevancia. Entre ellas, el funcionalismo que considera a las instituciones sociales herramientas para satisfacer las necesidades propias de cada sociedad por lo que se aboca al estudio de estas y de las estructuras presentes en cada una de ellas. La teoría del conflicto estudia los mismos elementos que el funcionalismo pero estableciendo contradicciones. Por ejemplo, no consideran que la sociedad esté en constante equilibrio sino cambio, por lo que el conflicto es inherente a la sociedad. El interaccionismo simbólico, por otro lado, considera que es la comunicación e interacción simbólica lo que constituye los grupos sociales y permiten la conformación del pensamiento humano.
Se pueden encontrar distintas ramas, algunas de ellas son:
Sociología económica: esta rama se concentra en el estudio de cómo los intercambios económicos afectan de diversas formas en las interacciones y los significados sociales. Uno de los autores más representativos de esta rama es Karl Marx, quien remarca cómo las estructuras sociales son determinadas por el ámbito económico.
Sociología política: esta rama, en cambio, aborda temas en común con la política, como lo son las estructuras políticas y sociales y el poder. También aborda las tendencias sociales, las personalidades dentro de la política y cómo esta es afectada por la desigualdad social.
Sociología del derecho: aborda las consecuencias, problemáticas y metas relacionadas con los vínculos entre la sociedad y el derecho y cuál es la eficacia de éste último.
Sociología urbana: esta es la que aborda dentro de las zonas metropolitanas la interacción y la vida social, además de tener en cuenta los cambios,  problemáticas y procesos dentro de dicho ámbito.
Sociología del conocimiento: esta rama es la que aborda que consecuencias tienen dentro de una sociedad las ideas dominantes de una determinada época.
Sociología de la comunicación: esta se enfoca en el estudio de los medios de comunicación y cómo estos, y la mediación simbólica en general, afectan a la vida social.


La simple, pero concisa definición que Anthony Giddens ofrece en su manual Sociología podría servirnos:
La sociología es el estudio de la vida social humana, de sus grupos y sociedades. Es una empresa cautivadora y atrayente, al tener como objeto nuestro propio comportamiento como seres sociales. El ámbito de la sociología es extremadamente amplio, y va desde el análisis de los encuentros efímeros entre individuos en la calle hasta la investigación de procesos sociales globales como el aumento del fundamentalismo islámico.
Pero también podría servir la siguiente:
La Sociología es la ciencia que se ocupa del estudio de la realidad social. Su unidad de análisis es la sociedad y los individuos en ellas. La Sociología observa, analiza e interpreta el conjunto de estructuras y relaciones que se halla en toda sociedad dentro de un determinado contexto histórico. Además, procura predecir sus transformaciones y procesos con el fin, a posteriori, de realizar diagnósticos que permitan la intervención, es decir, mejorar las políticas públicas y sociales propuestas por los gobiernos y las instituciones privadas y estatales. Para todo ello, la Sociología trata de encontrar los métodos y técnicas que le resultan más eficaces, creando teorías propias para su adecuada comprensión.


  1. ¿Cuándo aparece la Sociología? Prácticamente en nuestro tiempo histórico (la era industrial) al hilo de surgimiento y desarrollo de la sociedad industrial. (siglo XIX)
  2. ¿Por qué aparece la Sociología? Porque se han alcanzado las condiciones de madurez adecuadas para conducir a su desarrollo: gran sensibilidad y atención de lo social (por el impacto de los intensos cambios) y requisitos intelectuales adecuados (liberación de dogmas y trabas).
  3.  ¿Cómo surge la Sociología? Por un proceso secuencial de la evolución de los saberes sociales hacia una mayor especialización, diferenciación y complejización. Primero fue la autonomía de la Ciencia Política, de la Religión y la Moral; luego, la aparición y desarrollo de la Ciencia Económica; y por último, surgió la Sociología (como intento de dar una respuesta a los intensos cambios, conflictos, desorden social, que fueron causados por la dinámica de la sociedad industrial).
  4. ¿Para qué surgió la Sociología? A corto plazo: para atender científicamente y rigurosamente a la “cuestión social”. A medio/largo plazo: para construir una ciencia específica de la sociedad.
  5. ¿Con qué orientación surgió la Sociología? Con una orientación basada en los supuestos y planteamientos propios del método científico.


Salvador Giner (2010), en su manual de Sociología, define de manera breve los principales rasgos de la Sociología:
  1. La Sociología es una disciplina empírica. Todo su acervo de conocimientos proviene de observaciones y reflexiones hechas sobre los datos que suministra una sociedad concreta, o una situación social dada. Dada la cualidad sui generis de los aspectos de la vida social, los métodos utilizados por la sociología varían bastante, pero lo importante es que todos ellos aspiran al examen riguroso de los datos comprobables. Como cualquier ciencia que pretende el conocimiento objetivo, la Sociología, al someter los datos a escrutinio y admitir sus errores, es fundamentalmente analítica.
  2. La Sociología es una disciplina teórica. La teoría sociológica universaliza e integra las conclusiones parciales que la investigación empírica aporta.
  3. La Sociología es una disciplina abierta. Es decir, no es dogmática. Como en las demás ciencias, nada puede aceptarse por principio de autoridad. Cualquier teoría sociológica puede y debe ser reexaminada y puesta en cuestión. Tiene que ser potencialmente refutable.
  4. La Sociología es un saber cumulativo. La información más irrebatible y las teorías más plausibles deben superar y eliminar las menos satisfactorias. La cumulatividad no debe ser una mera acumulación perenne de información, al contrario, en ocasiones una teoría revolucinaria hace que se desmorone todo un «saber». En estos casos, el resultado suele ser un enriquecimiento de nuestro saber social, un progreso.
  5. La Sociología es una disciplina cuya metodología es moralmente neutra pero cuya preocupación por la condición humana no es moralmente indiferente. Sólo es fructífera si quienes la practican no son seres amorales que pretendan vivir en un mundo esterilizado. En la actividad empírica y teórica es necesario la neutralidad, pero esto no quiere decir que la auténtica vocación de la Sociología sea la preocupación ética por la condición humana. De hecho, esta vocación fue la que hizo posible su surgimiento.
  6. La Sociología entraña una crítica de la sociedad. La Sociología evalúa (juzga moralmente) una situación dada, incluso hasta todo un orden social. El sociólogo debe ser independiente de aquellos intereses creados que comprometan la objetividad. El sociólogo debe superar sus propias pasiones e intentar ser veraz y juzgar con serenidad el mundo que le rodea. En caso contrario, producirá ideología; y la interpretación ideológica de una sociedad es inadmisible en Sociología. Sin embargo, ésta no es completamente estanca, y es inevitable que el sociólogo, aun en sus mejores intenciones, introduzca algunos elementos ideológicos en su estudio de la realidad social. Lo importante es que predomine siempre un esfuerzo verdadero hacia el saber objetivo. Para que sea efectiva la incompatibilidad entre la Sociología y la ideología o cualquier distorsión producida por el sociólogo en su observación, la crítica de la sociedad debe desplazarse al mismo terreno de la Sociología. Así, la indagación sociológica termina convirtiéndose siempre en una crítica de la sociedad (esto hace que muchos vean a la Sociología como una disciplina incómoda). No es necesario usar la denominación sociología crítica. Giner recalca que «toda buena Sociología es sociología crítica, o no es».
La imaginación sociológica exige que seamos capaces de «pensar distanciándonos» de las rutinas personales de nuestra vida cotidiana para afrontarlas como si fueran algo nuevo. Es ésta una de las mayores dificultades en la determinación del objeto de la Sociología, pues, en la investigación sociológica hay una coincidencia de sujeto y objeto. «En general, cualquier ciencia en la que el hombre sea, al mismo tiempo, sujeto y objeto de investigación, tendrá un margen de indefinición teórico y de imprecisión metodológica» (Morales y Abad, 2008). Inevitablemente, nuestras actitudes, intereses y prejuicios distorsionan el análisis del objeto —el hombre—, que ya de por sí se caracteriza por su gran plasticidad e “inestabilidad”. Por tanto, la Sociología es «una ciencia inmersa en su propio objeto el cual, por sí mismo, es un objeto inacabado y cambiante».
No hay que observar a la sociedad como la imagen de algo externo. «La sociedad es tan íntima a la persona como su propia individualidad, es algo subjetivo (elaborado por sujetos que le dan su sentido) y objetivo (independiente de los sujetos que han podido elaborarla)» .
Berger y Luckmann (1986) en la Construcción social de la realidad introducen una fórmula precisa para definir la dialéctica social entre el hombre y su producto social:
El hombre construye la sociedad, que se transforma en una realidad objetiva, que construye al hombre.
De esta manera el hombre es el producto de la sociedad en la que vive, y esto es debido al proceso que denominamos socialización, por el cual se adquiere la cultura. A su vez, el hombre construye la sociedad, que deviene en una realidad objetiva −ajena al sujeto− a través del triple proceso «cosificador» que suponen la habituación, la institucionalización y la legitimación. (Lucas, 2006). Dicho de forma más sencilla: el hombre es producto de su sociedad, así como ésta lo es del hombre.